Delegación María Inmaculada

jueves, 17 de noviembre de 2011

Novenario por P. Fermín

Hoy se cumplen nueve días de la sepultura del P. Fermín, en Paraguay hay una hermosa tradición de recordar a los seres queridos haciendo un novenario de oraciones, y el último día se lleva una cruz al lugar donde están los restos mortales.

Uniéndonos a estas celebraciones, queremos compartir algunos, de los muchos testimonios, que nos han llegado sobre la persona del padre.


Conocí al Padre Fermín cuando tenía 12 años (en 1969) y desde aquel tiempo tuve la gracia de contar siempre con sus consejos y la compañía de su oración.

En sus palabras había siempre bondad, comprensión, misericordia, paciencia, profundo amor a Dios que lo trasmitía hasta por sus poros, y cariño de padre.

Su rostro reflejaba la alegría de quien experimenta muy de cerca el amor del Padre y ansias que los que los demás también lleguen a experimentarlo.

A los 19 años ya también sentí el llamado de Dios a consagrar mi vida a El sirviéndolo en mis hermanos, y el Padre Fermín encaminó mis pasos a las Hermanas de la Providencia (de la que desde aquella vez soy parte), pues decía que tenían una espiritualidad muy semejante a la de los
Pobres Siervos de la Divina Providencia (en aquellos años las Pobres
Siervas aún no habían llegado alUruguay).

Luego, como Congregación, en muchas oportunidades pudimos contar con sus sabias conferencias y guía espiritual en los ejercicios espirituales.

Y en todas sus palabras siempre nos trasmitía su pasión por Dios y su pasión por los hombres, en especial por los más pobres y necesitados, así como también su profundo amor a la Iglesia y a la vida consagrada.


Hna. Jacqueline de Lisa Niz

(oriunda de Salto-Uy y desde hace 6 años residente en Bolivia).


PADRE FIRMINO ERA EL HERMANO DE MI MADRE, ADA.
PADRE FIRMINO ERA EL ORGULLO DE LA NUESTRA FAMILIA Y LO QUERÍAMOS MUCHÍSIMO.
AHORA ORAMOS POR ÉL Y AL PADRE FIRMINO LO VEMOS EN EL CIELO.

GIAMPAOLA Y MI MARIDO SERGIO (sobrina del P. Fermín)