Delegación María Inmaculada

lunes, 12 de abril de 2010

Mensaje del P. Miguel

Queridos hermanos de la Delegación María Inmaculada:

Paz y alegría en el Señor Resucitado.

Estamos viviendo estos días de la Pascua del Señor, aún con la alegría y la fuerza de la vida nueva que Cristo nos da con su resurrección. Acompañamos en la liturgia de esta semana las diversas apariciones del resucitado y el proceso de miedo, estupor y alegría de quien recibe el anuncio. Dentro de todos ellos, me llama la atención y me hace reflexionar María Magdalena que reconoce a Jesús cuando la llama por el nombre y ella lo llama “Maestro mío”. Ella reconoce a Aquel a quien pertenece su corazón. Pertenecer a Jesús es posible solo cuando existe un amor verdadero, que nos impulsa a abandonarnos en los brazos de la Persona Amada sin retaceos. Nos hace vivir y hacer nuestra su voluntad, sus proyectos y su reino… Jesús resucitado nos llama a vivir esta relación con El que nos confía una gran misión, de anunciar a nuestros hermanos que Dios es Padre. Pertenecemos a Él y a esta Obra que nació del costado abierto de Cristo. En la medida que vivimos esta unidad y comunión con El nos trasformamos en sus anunciadores en el mundo. Solo el amor puede mantenernos estables y permanecer en la Obra con esta vocación particular que nace y se alimenta en el corazón de Cristo crucificado y resucitado.

Con estas palabras que considero importantes para vivir este momento de la Pascua quiero agradecer la iniciativa de la Delegación de iniciar esta página en internet (blog), para establecer la comunicación y estrechar aún más nuestros lazos de fraternidad haciendo participe a todos las maravillas que el Señor va realizando en nuestras comunidades. Bendigo esta iniciativa e invito a todos a participar con noticias y reflexiones para enriquecernos mutuamente.

Aprovecho la oportunidad para saludarlos y hacerles llegar mi comunión con todos ustedes, al tiempo que los invito a continuar viviendo en las comunidades el espíritu puro y genuino de la Obra con el deseo de manifestar al mundo que Dios es Padre y nos ama. Sigamos adelante en este llamado que nos hace el Casero de dar prioridad a la formación permanente, que recuerdo se vive y se intensifica en la cotidianidad de la vida y de nuestra misión, viviendo con humildad y responsabilidad nuestra consagración haciendo la voluntad de Dios aunque cueste.

Feliz semana. Dios los bendiga a todos. Rezo por ustedes y les pido sus oraciones por mí ya que ayer se cumplieron dos años de mi misión como Casero de la Obra.

Fraternalmente