Delegación María Inmaculada

lunes, 26 de abril de 2010

Oración por las vocaciones Sacerdotales y Religiosas

En esta semana de oración por las vocaciones, estamos llamados a continuar con el mandato del Señor: “Pidan al dueño de la mies que envíe más operarios a su mies”. Por ello, y en continuidad con nuestro carisma enviamos una oración por las vocaciones, para que aquellos que lo desean, puedan desde sus casas acompañar con esta misión.


ORACION POR LAS VOCACIONES

Señor de mies y Pastor del rebaño

haz resonar en nuestros oídos

tu fuerte y suave invitación: “Ven y sígueme”.

Derrama sobre nosotros tu Espíritu

que El nos dé sabiduría para ver el camino

y generosidad para seguir tu voz.

Señor, que la mies no se pierda por falta de operarios.

Despierta nuestras comunidades para la misión.

Enseña para que nuestra vida sea servicio.

Fortalece a los que quieren dedicarse al Reino

en la Vida Consagrada y Religiosa.

Señor, que el rebaño no perezca por falta de pastores.

Sustenta la fidelidad de nuestros obispos,

Sacerdotes y ministros.

Da perseverancia a nuestros seminaristas y aspirantes.

Despierta el corazón de nuestros jóvenes,

para el ministerio pastoral de tu Iglesia.

Señor de la mies y pastor de tu rebaño,

llámanos para servir a tu pueblo.

María, Madre de la Iglesia,

modelo de los servidores del Evangelio

ayúdanos a responder sí. Amén.

miércoles, 21 de abril de 2010

100 Años de las Hermanas Pobres Siervas


Nosotras, las Hermanas Pobres Siervas, estamos viviendo un especial año de gracia: la Celebración del Centenario de la Fundación de nuestra Congregación.

Durante este año hacemos memoria y agradecemos al Señor, Padre Providente, por la fidelidad y por el Amor con que condujo nuestra historia a lo largo de estos cien años.

Agradecemos también por la vida y la santidad de nuestras primeras Hermanas, que siguiendo las señales de la Providencia y recorriendo los caminos por Ella trazados, fueron dando cuerpo a la nueva Familia Religiosa.

Fue el día 17 de abril de 1910 que Angela de Batisti – que después se convertiría en una de las primeras religiosas Pobres Siervas - decide dedicarse enteramente a la Obra del P. Juan Calabria, consagrando enteramente su vida en la humildad, en la pobreza y en el servicio generoso, por amor a Dios y a los “Niños Buenos” acogidos en la Obra naciente. Pasados pocos meses, se unió a ella la condesa Lavinia Pérez, y luego María Fanio, Laura Fossati, Maria Galbusera, Adele Carli. . . .

También nosotras, hoy, somos parte de esta historia de amor que Dios construyó por medio del P. Calabria, de estas santas mujeres y, a lo largo de los años, de cada Pobre Sierva que creyó en El colocando su vida al servicio de Su Proyecto.

Por eso, nuestro deseo es que el año del Centenario sea un momento de gracia y nos anime a buscar, en las fuentes históricas de nuestra Congregación y en la vida y en el ejemplo de estas nuestras primeras Hermanas, una fuerte ayuda para vivir hoy en la fidelidad a los mismos valores que las animaron a entregar totalmente su vida, en el abandono incondicional y en la total disponibilidad a la voluntad de Dios.

En todas nuestras Comunidades celebraremos este acontecimiento agradeciendo a Dios en la Eucaristía, profundizando en nuestra historia y en la vida de las primeras Hermanas, y realizando algún gesto concreto en favor de los más pobres, que nos ayude a hacer memoria de aquella herencia preciosa que el Señor nos confió y a toda la Obra.

Invitamos a celebrar con nosotras a todos los miembros de la Familia Calabriana y a las demás personas que también se sientan en el deseo de agradecer al Señor por estos cien años de fidelidad.

lunes, 12 de abril de 2010

Mensaje del P. Miguel

Queridos hermanos de la Delegación María Inmaculada:

Paz y alegría en el Señor Resucitado.

Estamos viviendo estos días de la Pascua del Señor, aún con la alegría y la fuerza de la vida nueva que Cristo nos da con su resurrección. Acompañamos en la liturgia de esta semana las diversas apariciones del resucitado y el proceso de miedo, estupor y alegría de quien recibe el anuncio. Dentro de todos ellos, me llama la atención y me hace reflexionar María Magdalena que reconoce a Jesús cuando la llama por el nombre y ella lo llama “Maestro mío”. Ella reconoce a Aquel a quien pertenece su corazón. Pertenecer a Jesús es posible solo cuando existe un amor verdadero, que nos impulsa a abandonarnos en los brazos de la Persona Amada sin retaceos. Nos hace vivir y hacer nuestra su voluntad, sus proyectos y su reino… Jesús resucitado nos llama a vivir esta relación con El que nos confía una gran misión, de anunciar a nuestros hermanos que Dios es Padre. Pertenecemos a Él y a esta Obra que nació del costado abierto de Cristo. En la medida que vivimos esta unidad y comunión con El nos trasformamos en sus anunciadores en el mundo. Solo el amor puede mantenernos estables y permanecer en la Obra con esta vocación particular que nace y se alimenta en el corazón de Cristo crucificado y resucitado.

Con estas palabras que considero importantes para vivir este momento de la Pascua quiero agradecer la iniciativa de la Delegación de iniciar esta página en internet (blog), para establecer la comunicación y estrechar aún más nuestros lazos de fraternidad haciendo participe a todos las maravillas que el Señor va realizando en nuestras comunidades. Bendigo esta iniciativa e invito a todos a participar con noticias y reflexiones para enriquecernos mutuamente.

Aprovecho la oportunidad para saludarlos y hacerles llegar mi comunión con todos ustedes, al tiempo que los invito a continuar viviendo en las comunidades el espíritu puro y genuino de la Obra con el deseo de manifestar al mundo que Dios es Padre y nos ama. Sigamos adelante en este llamado que nos hace el Casero de dar prioridad a la formación permanente, que recuerdo se vive y se intensifica en la cotidianidad de la vida y de nuestra misión, viviendo con humildad y responsabilidad nuestra consagración haciendo la voluntad de Dios aunque cueste.

Feliz semana. Dios los bendiga a todos. Rezo por ustedes y les pido sus oraciones por mí ya que ayer se cumplieron dos años de mi misión como Casero de la Obra.

Fraternalmente

jueves, 1 de abril de 2010

Mensaje del Casante por la Santa Pascua 2010


“Dio infatti ha tanto amato il mondo da dare il Suo Figlio unigenito, perché chiunque crede in lui non muoia, ma abbia la vita eterna” (Gv. 3,16).

“… Io quando sarò elevato da terra, attirerò tutti a me” (Gv. 12,32).


Carissimi Fratelli e Sorelle della Famiglia Calabriana,


ci avviciniamo alla Pasqua e mi nasce dal cuore il desiderio di salutare tutti voi con questa lettera di auguri nel Signore, di una Buona e Santa Pasqua.

La Pasqua è la festa più importante della Chiesa, centro e culmine della nostra vita cristiana, perché con essa celebriamo il mistero d’Amore della Passione, morte e Risurrezione del Nostro Signore Gesù Cristo. Mistero che si attualizza sempre nell’eucaristia, ma del quale la Chiesa ci invita a fare memoria una volta all’anno nel giorno della Pasqua del Signore.

Il cammino di questo secondo anno del sessennio lo stiamo dedicando alla formazione come “trasformazione nell’Amore”, principio e fondamento per una vita piena che parla della presenza di Cristo vivo in noi. Questa trasformazione avviene con la forza dello Spirito Santo per la potenza della Risurrezione del Signore Gesù inviato dal Padre che tanto ha amato il mondo perché abbiamo la vita eterna nel Suo Amore infinito che ci fa partecipe di questo mistero di salvezza. Però nell’esperienza dell’Amore e trasformazione è fondamentale attraversare la Croce come cammino di donazione totale al progetto del Padre.

Ciò che ritengo fondamentale e attuale nella vita di ogni consacrato, sacerdote e laico dell’Opera, è l’ascolto dello spirito che ci ispira i temi della Croce, dell’Amore e della Risurrezione come esperienze fondanti nella nostra vita per vivere e testimoniare nel quotidiano tutta la potenza dell’Amore di Dio per il mondo. Sono misteri che toccano profondamente la vita umana e di tante persone in questo momento all’interno dell’Opera.

Cosa significa la Croce e la sofferenza? che senso hanno? È un mistero umano profondo che tocca la dimensione più intima della persona lasciandola vulnerabile e fragile. Solo sul piano della fede possiamo leggere e intuirne un senso perché la Croce produce in noi un dolore profondo, non possiamo nascondercelo, e a livello umano diventa un assurdo. Solo la contemplazione della Croce di Cristo, il Suo volto sofferente può darci il vero senso del grande Amore che essa mostra, un Amore verso il quale siamo noi stessi attratti perché nella Croce del Figlio si è manifestato l’Amore del Padre: essa è il momento più alto della teofania, dove esplode la verità del Dio amante e dell’uomo amato, del Dio che non esita a scendere fino al livello più basso per mostrare l’Amore per l’uomo, trasformando la morte in vita, il male in bene e il peccatore in giusto. La Croce ha esercitato la Sua forza di attrazione su tutta la terra e ha attirato a sé tutti gli uomini, e continua oggi ad essere fonte e sorgente d’Amore e di vita.

Mio Dio che nella tua Croce piantata nella terra ci hai dato la possibilità di guardare oltre la sofferenza fissando gli occhi nel cielo della Risurrezione, conduci tutti noi in questo mistero in cui la accettazione del dolore ci attrae con forza alla Croce stessa diventando Amore. Nel compiersi della tua volontà mio Dio possiamo vivere l’angoscia dell’orto degli ulivi, il dolore del calvario e la gioia profonda della resurrezione. Accanto a noi ci sia sempre un angelo che consola il nostro sudore fatto sangue, ci sia un Cireneo che solleva la nostra Croce e ci aiuta a portarla, ci sia sempre ai piedi della nostra Croce Maria che in silenzio e con Amore di madre ci guarda con tenerezza e vive ogni momento con noi. Cristo, le tue braccia aperte sulla Croce tenute dai chiodi piantati, hanno accolto in quel attimo tutti i nostri peccati passati, presenti e futuri, e in quel attimo la tua morte ha vinto la morte per sempre e ci ha donato la vita eterna.

Tutta sofferenza umana e la Croce hanno un sapore amaro; non possiamo nascondercelo e tutti la sperimentiamo prima o dopo nella nostra vita. Come Opera anche noi sperimentiamo la sofferenza e la Croce di tanti nostri fratelli e sorelle (religiosi e laici). Ce ne è testimone lo stesso don Calabria che così scriveva nel Suo diario: “Quest'anno è un grande anno per l'Opera del Signore. Dio mio, che nuove prove, come sono dolorose. Che il Signore con la Sua bontà e misericordia non guardi ai miei peccati, ma guardi alla Sua Opera e dalla Settimana Santa, ci conduca alla Pasqua; dalla via crucis, alla via lucis. Oh, come si deve ringraziare il Signore che ci ha dato nel Visitatore Apostolico rev.mo Abate Caronti, l'Angelo della Risurrezione”. (Diario, 4 Aprile 1936).

Prendendo spunto di queste parole di don Calabria credo che l’esperienza della Risurrezione sia possibile nella misura in cui ciascuno di noi, nell’esperienza di risuscitati, possiamo essere al fianco di chi soffre la Croce e l’angoscia tendendo una mano, essendo vicino e trasformando la Croce in Amore, la sofferenza in luce così come ha fatto Gesù. Questo è vivere la Risurrezione nel concreto, questo significa vivere la trasformazione nell’Amore, questo è lo scopo della nostra missione all’interno dell’Opera, altrimenti viviamo la Pasqua nella superficialità senza che la luce di Cristo risorto brilli nei nostri cuori e nei cuori che vivono nel buio del dolore e della sofferenza. Don Calabria è stato un campione di carità e ha vissuto concretamente la Risurrezione di Cristo essendo l’angelo che consola, il Cireneo che aiuta. Mi ha colpito molto una Sua lettera del 30 marzo del 1936, a un laico Gonella Giulio: “Preg. e caro professore. La grazia, la pace di Gesù Benedetto siano sempre con Lei e con tutta la cara Sua famiglia che sempre porto nella mente e nel cuore. Siamo, mentre scrivo, en­trati nella settimana di Passione, dove il cristiano è chiamato in modo particolaris­simo a meditare, a considerare quello che ha sofferto, che ha patito per la nostra sa­lute eterna, il Divino nostro Redentore. Nell'economia di Dio, nel compimento dei Suoi grandi disegni è sempre così: chi patisce, chi soffre è sempre il giusto, il buono; e nel dolore e nella sofferenza, nell'abbandono, compie i Suoi disegni che sono sempre disegni di bene, a glo­ria del Padre e di salute per i Fratelli. Penso sempre a Lei e ai Suoi cari, ma in questi giorni in modo speciale; per Lei prego l'Angelo del conforto, l'Angelo che ha con­solato Gesù nell'orto, perché La consoli e Le dia tutte quelle grazie particolari in questo Suo piano di dolore che deve portare alla Risurrezione e al compimento di un grande disegno, che a noi tanto piccoli non ci è dato ancora di comprendere. Caro Professore, questo povero Prete, questo Suo amico, che specie in quest'ora ha tanto bisogno di preghiere, per capire nella luce divina il dono grande che il Signore Le fa lasciandolo nella prova e nella pura sofferenza, oh come pensa a Lei, come prega e fa voti che alla settimana di Passione e santa, venga presto il com­pimento del divino disegno, a bene Suo e dei Fratelli, con la Risurrezione e il trionfo. Vorrei in questo momento avere la radio per dire a Lei tutto il mio affetto, tutta la mia preghiera, per dirle che il Signore lo ama, e premierà di certo la Sua fede, la Sua generosità, il Suo continuo sacrificio. [...] Le anime e le opere di Dio, oh come costano. Una benedizione particolare a Lei, alla Sua pia Signora e a tutti. Buona e Santa Pasqua”.

Che profonde queste parole di don Calabria! Esse partono da un cuore che ha fatto l’esperienza della Croce e del Risorto, da un cuore pieno della presenza viva di Cristo che è vicino a chi soffre e lo fa senza toglierli il dolore e la durezza della Croce, ma come chi è vicino e tiene la mano con il conforto della presenza e della preghiera.

Carissimi fratelli e sorelle, come vorrei che questa Pasqua fosse vissuta nel senso più profondo di trasformare la Croce in Amore, di essere vicino a chi soffre. Auguro a tutti di vivere la profondità di questo mistero e di diventare angeli e Cirenei per ogni persona che incontriamo nella sofferenza. Si realizzi così in ognuno di noi quella trasformazione nell’Amore, nel dono di sé agli altri, che rende la nostra Opera e il mondo una unica famiglia, fatta di relazioni di giustizia e Amore fondate nella verità e nella parola di Dio. Vangeli viventi!

Gesù risusciti in noi, in tutti noi, nelle nostre anime, nei nostri cuori e ci rinnovi nello Spirito. La Croce, l’Amore e la Risurrezione possono essere vissute e testimoniate nelle nostre vite nella misura che siamo aperti a ricevere tutta la forza della vita nuova che Cristo ci trasmette in questi giorni santi.

La Vergine Maria al piede della Croce del Suo Figlio ci insegni il cammino di vicinanza alle persone che soffrono, per vivere la gioia della Risurrezione con la speranza della vita nuova nell’Amore eterno che Gesù ci dona con la Sua Passione, morte e Risurrezione.

Buona e Santa Pasqua!

Benedico tutti con il cuore e vi ricordo nella mia preghiera con grande affetto affinché l’Amore di Cristo risorto rinnovi i nostri cuori, le nostre menti e muova la nostra volontà ad essere testimoni della Sua Risurrezione nel mondo.


Fraternamente in Cristo Risorto