Delegación María Inmaculada

miércoles, 21 de abril de 2010

100 Años de las Hermanas Pobres Siervas


Nosotras, las Hermanas Pobres Siervas, estamos viviendo un especial año de gracia: la Celebración del Centenario de la Fundación de nuestra Congregación.

Durante este año hacemos memoria y agradecemos al Señor, Padre Providente, por la fidelidad y por el Amor con que condujo nuestra historia a lo largo de estos cien años.

Agradecemos también por la vida y la santidad de nuestras primeras Hermanas, que siguiendo las señales de la Providencia y recorriendo los caminos por Ella trazados, fueron dando cuerpo a la nueva Familia Religiosa.

Fue el día 17 de abril de 1910 que Angela de Batisti – que después se convertiría en una de las primeras religiosas Pobres Siervas - decide dedicarse enteramente a la Obra del P. Juan Calabria, consagrando enteramente su vida en la humildad, en la pobreza y en el servicio generoso, por amor a Dios y a los “Niños Buenos” acogidos en la Obra naciente. Pasados pocos meses, se unió a ella la condesa Lavinia Pérez, y luego María Fanio, Laura Fossati, Maria Galbusera, Adele Carli. . . .

También nosotras, hoy, somos parte de esta historia de amor que Dios construyó por medio del P. Calabria, de estas santas mujeres y, a lo largo de los años, de cada Pobre Sierva que creyó en El colocando su vida al servicio de Su Proyecto.

Por eso, nuestro deseo es que el año del Centenario sea un momento de gracia y nos anime a buscar, en las fuentes históricas de nuestra Congregación y en la vida y en el ejemplo de estas nuestras primeras Hermanas, una fuerte ayuda para vivir hoy en la fidelidad a los mismos valores que las animaron a entregar totalmente su vida, en el abandono incondicional y en la total disponibilidad a la voluntad de Dios.

En todas nuestras Comunidades celebraremos este acontecimiento agradeciendo a Dios en la Eucaristía, profundizando en nuestra historia y en la vida de las primeras Hermanas, y realizando algún gesto concreto en favor de los más pobres, que nos ayude a hacer memoria de aquella herencia preciosa que el Señor nos confió y a toda la Obra.

Invitamos a celebrar con nosotras a todos los miembros de la Familia Calabriana y a las demás personas que también se sientan en el deseo de agradecer al Señor por estos cien años de fidelidad.