El domingo 24
de marzo, por la tarde recibí una llamada, era del P. Buenaventura que me decía
que se había decidido y que aceptada ir
a Italia para su tratamiento, aceptando una invitación que el P. Miguel le
había hecho ya en enero, cuando nos enteramos que su salud no estaba muy bien;
fue para mi una gran noticia, ya que luego de haberlo visitado varias veces, de
haber charlado por teléfono otras tantas y de haber mantenido una fluida
comunicación via mail durante todo este tiempo, el Coco (como así lo llamábamos
sus amigos) se había decidido y aceptaba la propuesta.
Hablamos de
los trámites que debería comenzar a realizar, y luego de semana santa
comenzaría con los trámites de su pasaporte, para luego hacer los trámites en
Italia y obtener la visa..... pero todo sucedió de una manera diferente.
El viaje que
emprendió fue otro, su salud se deterioró rápidamente, y cuando nadie lo
esperaba el Coco falleció.
Nos queda
como herencia el camino compartido por tantos años, las experiencias vividas,
el anehlo de querer superar este trance que le tocó vivir el último tiempo con
su enfermedad y sobretodo su grata fraternidad.
Nos queda el
rezar por su familia, por su mamá sobretodo que sufrió la pérdida de 3 hijos en
tan poco tiempo.
Y nos queda
agradecer a todos los que supieron estar cerca de él y lo ayudaron y
contuvieron en este tiempo
P.
Daniel Masin