“SEAN MIS TESTIGOS POR TODA LA TIERRA”
Discípulos-hermanos-misioneros
Queridos hermanos y hermanas de la Obra.
Animados por la luz del Señor Resucitado y con la fuerza
transformadora del Espíritu Santo, nos hemos reunidos en Maguzzano para
celebrar el XI Capítulo General de nuestra Congregación.
El Capítulo ha sido un Kairós,
o sea, un tiempo de gracia, en el cual hemos buscado de entender “dónde estamos” como Congregación y “hacia dónde el Señor nos invita a ir”.
En este tiempo especial de nuestro camino, nos hemos sentido
acompañados y sostenidos por la oración de tantos hermanos y hermanas de la
Familia Calabriana. En la comunión de los Santos hemos sentido la presencia de
todos aquellos que nos han precedido a la casa del Padre, de modo particular
San Juan Calabria, nuestro Padre Fundador, que nos ha invitado a permanecer
fieles en el camino (Cf. Lc 24,13-35).
En los trabajos capitulares hemos tenido en cuenta la contribución
de todos los hermanos y la invitación constante que el Espíritu de Dios hacía
resonar en nuestro corazón, de vivir “conforme
al estilo de vida apostólica”. Los signos de los tiempos actuales han
tocado nuestra vida y misión, y ha sido una invitación a abrirnos a lo “nuevo” que el Espíritu hace germinar en
la historia.
Lo “nuevo”, consiste en un gran
impulso de Dios Padre Providente a cada uno de nosotros.
El imperativo bíblico “levántate y camina… por el camino desierto”
Hc 8,26), para nosotros, discípulos
misioneros Pobres Siervos, es una invitación a renovar radicalmente la vida
personal, comunitaria y de Congregación, anunciando con gratitud y alegría, el
don del encuentro con Jesucristo. Este encuentro con Jesús nos brinda le
certeza que somos hijos de un Padre Providente y misericordioso.
En este contexto, nos sentimos interpelados a proponer un
programa, que desarrolle procesos dinámicos y creativos en la Congregación,
para recualificar nuestra vida, basada y enraizada en Jesucristo, “camino, verdad y vida”.
Con “la mirada fija en Jesús” Heb 12,2), apoyados en la fuerza
vivificante del carisma calabriano, acogiendo la riqueza de la diversidad e
insertos en medio de los pobres a los cuales el Señor nos envía, con audacia y
esperanza asumamos este proyecto, como semilla de la Buena Noticia del Reino de
Dios y expresión de nuestro testimonio profético y evangelizador.
Agradecemos a todos ustedes que nos han acompañado y les invitamos
a continuar unidos a nosotros en la gozosa aventura de llegar a ser
“testimonios en toda la tierra” del amor Providente del Padre.
Los hermanos Capitulares