"¡Cuánta necesidad hay de sacerdotes que sean hostias vivas, totalmente para Dios, para las almas y para la Iglesia, con ardiente celo, en un continuo sacrificio! ¡Así, aun en medio de los dolores, podremos gozar anticipadamente el paraíso! ¡Felices nosotros se somos así, y lo debemos ser porque recibimos de Dios gracias incesantes!"
P. Juan Calabria 19/03/1935